miércoles, diciembre 08, 2004

¿Se puede iniciar un cuaderno de bitácora sin tener nada que decir? Dejémoslo estar. Tengo a mi novia mordiéndome la oreja y así es imposible. Dice que se va y, sin embargo, se sienta al lado, se mira al espejo, se atusa las cejas y, de reojo (la veo), me mira.

Supongo que es fácil hablar de las pequeñas cosas sin perder la distancia. Supongo que el día a día nos traerá más de que hablar sin que la obligación nazca como una cuestión de fe.

Allí que nos vemos. Ahora tengo los pies fríos y necesito meterme pal cuerpo ese plato enorme de judías verdes que veo desde aquí. Luego llegará la siesta, el polvo, la luz o la noche. Que llegue lo que quiera pero que sea bueno.