En ocasiones
(“La caricia más suave es la que penetra”- René Lavand, único mago de una sola mano)
En ocasiones, abro la ventana que da a la calle, me apoyo en el alféizar, cierro los ojos y me abandono al mero placer de escuchar cómo los sonidos se confunden. Así, existen momentos en los que el deseo es una mera cuestión de abandono a la suerte y, en el momento menos oportuno, se produce ese deslizamiento de tierra que hace que todo, absolutamente todo, se desplace.
Hasta caer sin sentido.
En ocasiones, abro la ventana que da a la calle, me apoyo en el alféizar, cierro los ojos y me abandono al mero placer de escuchar cómo los sonidos se confunden. Así, existen momentos en los que el deseo es una mera cuestión de abandono a la suerte y, en el momento menos oportuno, se produce ese deslizamiento de tierra que hace que todo, absolutamente todo, se desplace.
Hasta caer sin sentido.