martes, febrero 21, 2006

En ocasiones

(“La caricia más suave es la que penetra”- René Lavand, único mago de una sola mano)


En ocasiones, abro la ventana que da a la calle, me apoyo en el alféizar, cierro los ojos y me abandono al mero placer de escuchar cómo los sonidos se confunden. Así, existen momentos en los que el deseo es una mera cuestión de abandono a la suerte y, en el momento menos oportuno, se produce ese deslizamiento de tierra que hace que todo, absolutamente todo, se desplace.

Hasta caer sin sentido.